Pedagogía Waldorf

 

“Es la vida y el sentirse vivo lo que debe ser el principio rector.

Alegría y felicidad en la vida, amor por toda la existencia, fuerza y energía para el trabajo… La necesidad de imaginación, el sentido de la verdad y un sentimiento de responsabilidad, estas son las tres fuerzas que son el nervio mismo de la educación.”

Rudolf Steiner

La pedagogía Waldorf concibe al ser humano como una unidad físico-anímico-espiritual y en este principio basa su quehacer educativo, según las diferentes etapas evolutivas, etapas de siete años denominadas “septenios”. Cada una presenta intereses, estructuras y necesidades particulares.

Con el objetivo de establecer una sana visión del mundo y de si mismo sin conducir esta visión, sino ofreciendo con alegría las herramientas para que los niños la establezcan cada cual con su propia forma particular, con el despliegue de su propio potencial individual. Para que esto pueda ocurrir, los maestros no ofrecen contenidos indiscriminadamente sino que trabajan en la percepción de cada ser individual y el ser grupal que conforme su grado, para que lo correcto llegue en el momento correcto, partiendo del conocimiento de las necesidades particulares que operan en las distintas etapas evolutivas del ser y adaptándolas en el aquí-ahora.